Los Tercios Españoles fueron la élite militar de la Monarquía Hispánica entre los siglos XVI y XVII, considerados durante más de 150 años como la mejor infantería del mundo. Eran unidades de soldados altamente disciplinados, entrenados y organizados, cuyo éxito se basaba en una combinación de tácticas innovadoras, férrea disciplina y una estructura flexible que les permitía adaptarse a diferentes tipos de combate.
Su formación estaba compuesta por piqueros, arcabuceros y mosqueteros, lo que les otorgaba una gran capacidad ofensiva y defensiva. Mientras los piqueros protegían el frente con sus largas lanzas, los arcabuceros y mosqueteros proporcionaban potencia de fuego desde las esquinas de las formaciones. Esta combinación, sumada a su capacidad de maniobra en el campo de batalla, les permitió imponerse en numerosas campañas a lo largo de Europa y el Mediterráneo.
Los Tercios destacaron en batallas clave como Pavía (1525), San Quintín (1557), Lepanto (1571) donde los tercios españoles, junto con las fuerzas navales de Venecia y la Santa Liga, derrotaron a la flota otomana en una de las batallas navales más importantes de la historia y Rocroi (1643), aunque en esta última se empezó a notar su declive. Lucharon en escenarios tan variados como Italia, Flandes y las costas del norte de África, consolidando la hegemonía española durante la mayor parte del Siglo de Oro.
Además de su impacto en la guerra, los Tercios también dejaron una profunda huella en la cultura y en el lenguaje, con expresiones que aún hoy se utilizan. Su legado perdura como símbolo del poderío militar español en la Edad Moderna y del espíritu indomable de sus soldados.

«Su formación estaba compuesta por piqueros, arcabuceros y mosqueteros, lo que les otorgaba una gran capacidad ofensiva y defensiva. Mientras los piqueros protegían el frente con sus largas lanzas, los arcabuceros y mosqueteros proporcionaban potencia de fuego desde las esquinas de las formaciones.»
Legado en el lenguaje
El español, como lengua viva y en constante evolución, está plagado de expresiones y frases hechas que, sin que muchos lo sepan, tienen su origen en la historia militar de España. Y no en cualquier ejército, sino en la infantería que dominó los campos de batalla durante tres siglos: los legendarios Tercios Españoles. A lo largo de su historia, los soldados de los Tercios dejaron un legado no solo en la estrategia militar, sino también en el lenguaje. Muchas de sus expresiones han perdurado hasta nuestros días, incrustadas en nuestra vida cotidiana sin que nos demos cuenta. Aquí te dejamos 14 frases populares que nacieron entre los mosquetes y picas de los Tercios.
- Bicoca: Algo fácil o sencillo. Esta expresión proviene de la Batalla de Bicocca (1522), donde los Tercios pasaron por encima de los temibles piqueros suizos con extrema facilidad, gracias a la ventaja del terreno.
- Camarada: Usamos esta palabra para referirnos a un compañero o amigo. En los Tercios, cuando los soldados se establecían en un lugar, formaban pequeños grupos de entre ocho y diez hombres llamados «camaradas», que compartían alojamiento y provisiones.
- Chaquetero: Se refiere a alguien que cambia de opinión según le conviene. En la época de la Reforma Protestante, los soldados llevaban chaquetas con forros de distinto color para poder cambiar de bando fácilmente.
- Chusma: Se usa para referirse a un grupo de gente indeseable. Originalmente, era el término para los prisioneros condenados a remar en las galeras.
- Disparar a mansalva: Actualmente significa hacer algo en abundancia. Su origen está en la expresión militar «disparar a mano salva», es decir, con seguridad y sin peligro para el tirador.
- Doce Apóstoles: Se refería a la cinta de cuero que llevaba 12 recipientes con la pólvora exacta para cargar los arcabuces o mosquetes.
- Dar la lata: Proviene de los soldados de los Tercios, que guardaban su historial de batallas en tubos de lata y solían fanfarronear sobre ellas.
- Irse a la porra: El sargento mayor de los Tercios clavaba su «porra» en el suelo para marcar la parada. Los soldados castigados debían quedarse allí, dando origen a la expresión.
- Ir de punta en blanco: Significa ir vestido con las mejores galas. En su origen, se refería a los caballeros que lucían sus armaduras de acero reluciente antes de una batalla.
- Ir de tiros largos: En combate, los soldados llevaban su sable bien sujeto. Pero en eventos importantes, lo dejaban más suelto, «de tiros largos», para mostrarlo con orgullo.
- Me importa un pito: Los «pitos» eran los músicos de los ejércitos, mal pagados y con poco prestigio. De ahí que algo que «importe un pito» sea algo sin valor.
- Meterse en camisa de once varas: Intentar hacer algo complicado. La «camisa» era un tramo de muralla de 11 varas de altura (unos 10 metros), lo que hacía difícil su escalada.
- No hay moros en la costa: Los vigías avisaban si había piratas berberiscos en la costa. Si todo estaba despejado, informaban que «no había moros en la costa».
- Se armó la de San Quintín: Se refiere a una situación caótica. Proviene de la batalla de San Quintín (1557), una de las victorias más aplastantes de los Tercios.

Los Tercios no solo forjaron un imperio, sino también nuestra forma de hablar. Muchas de estas frases siguen vivas, recordándonos la gloria y la dureza de aquellos soldados que marcaron la historia de España y del mundo. La próxima vez que uses alguna de estas expresiones, recuerda que estás invocando el espíritu de los Tercios Españoles.
Y a fe mía que si en algo faltamos a la verdad, ¡que el Altísimo nos disponga áspera penitencia!
¡Honor y gloria!
