En esta entrada, amigos de MAD Experiencias, vamos a viajar nuevamente por la historia, pero no solo de Madrid. Nos trasladamos a Oriente Próximo para haceros llegar cómo y por qué disponemos en nuestra ciudad de una edificación milenaria.
Tabla de contenidos
El templo de Debod: el origen
En la plenitud el Imperio Medio, en el Antiguo Egipto, existió un lugar de culto conocido como Debod. Ahí, se construyó un templo de piedra caliza, al que algunos miembros de la élite egipcia asistían con cierta periodicidad. En aquel entonces, se le concibió como un lugar sagrado. A pesar de la amplia concurrencia que tuvo en la época, el espacio sólo constaba de una capilla pequeña, consagrada por el faraón Seti II.
La estructura se erigió hace, al menos, 3 mil años. Originalmente, fue un encargo del rey Kushita de Meroë, quien concibió al «Templo de Debod con una pequeña capilla de una sola habitación dedicada al dios Amón«, explica Dinastía Ptolomaica, conservó su importancia imperial, y recibía visitas reales consistentemente.
Ninguno de los gobernantes de aquel periodo remoto se imaginó que, bloque por bloque, su capilla sería trasladada a lo largo de 3.5 kilómetros. Mucho menos que se volvería a construir completa en una plaza europea. Milenios más tarde, el Templo de Debod encontraría un hogar nuevo en Madrid, España. Ésta es la razón.
La estructura se erigió hace, al menos, 3 mil años. Originalmente, fue un encargo del rey Kushita de Meroë, quien concibió al Templo de Debod con una pequeña capilla de una sola habitación dedicada al dios Amón
Desbordamientos del Nilo en el «País de oro»
En la actualidad, el Templo de Debod se considera «uno de los pocos ejemplos sustanciales de la arquitectura egipcia antigua reconstruida fuera de Egipto«, documenta Archaeology Travel. Ciertamente, a pesar de su cercanía geográfica con África, es el único que existe en España.
Por los desbordamientos del Nilo, el sitio arqueológico de Debod quedó completamente sepultado bajo el agua. Hace milenios, sin embargo, la ciudad se encontraba en un lugar privilegiado a las orillas del río, en la Baja Nubia. Antiguamente, a esta región se le conocía como el ‘país de oro‘.
Según documenta Naciones Unidas, ahí se encuentran las mayores minas de este metal precioso en el país. Por ello, gozó de amplia bonanza económica y cultural en su momento de mayor apogeo. Se piensa que el santuario de Debod se construyó en honor al dios Amón. Sin embargo, en la actualidad no queda evidencia de que realmente haya estado ofrendado a esta deidad.
Por el contrario, en sus paredes no quedan indicios de un culto dirigido a algún dios en específico. Sobre la piedra en las paredes se pueden apreciar todavía los relieves que decoraron el espacio antiguamente. En ellos, se aprecian escenas rituales en las que se describe la construcción del espacio sagrado. Por la importancia de Amón en ese periodo, algunos arqueólogos se inclinan a pensar que lo más seguro es que fuera la deidad titular del Templo de Debod.
Inundaciones en Asuán y traslado
A mediados del siglo XX, una inundación terrible azotó la región de Asuán. En este espacio, se encuentran algunos de los tesoros históricos más importantes de Egipto. Para evitar que se vieran más dañados, las autoridades nacionales decidieron iniciar un megaproyecto de rescate con la construcción de una presa que contuviera la fuerza de las aguas.
A falta de recursos, en la década de los 60 Egipto solicitó la ayuda de varios países. Entre ellos, España se ofreció a hacer un donativo considerable para salvar la herencia cultural egipcia. Buscando recompensar a la nación aliada, el gobierno les regaló el Templo de Debod completo.
Así como España se comprometió con el salvamento de las estructuras en la región de Asuán, las autoridades egipcias se ciñeron al objetivo de transportar la capilla completa hasta Madrid. España se adhirió enseguida y creó el Comité para el Salvamento de Nubia, lo que ahora llamamos el Sudán. Se creó un grupo de arqueólogos para salvar todo ese patrimonio y, en agradecimiento a esas excavaciones, Egipto regaló el Templo de Debod, que fue a parar a Madrid.
Regalos similares se hicieron a Nueva York, Turín y Ámsterdam, en representación de los países que apoyaron la construcción de la Presa de Asuán. Los proyectos de reconstrucción tardaron décadas en completarse, respetando el orden y orientación de las estructuras originales.
Como veis, amigos lectores de nuestro blog, el edificio más antiguo de Madrid no es una iglesia o un palacio, ni siquiera la muralla árabe, es el templo de Debod, aunque tiene cierta trampa la afirmación dado que su origen no está en nuestra fantástica capital.
¡Se me olvidaba! Si queréis ver la maravillosa puesta de sol de Madrid, el templo de Debod es un enclave privilegiado para ello.
Fuente: National Geographic