No sin americana…

Aún recuerdo cuando salía de casa para reunirme con mis amigos, la sempiterna frase de mi padre mientras esbozaba una sonrisa no falta de cierta ironía: “¿Vas a salir así?”

Y es que los tiempos cambian, y lo que hoy está en pleno auge, mañana ya “no se lleva”, especialmente en el atuendo, en la vestimenta.

Las costumbres en el vestir, los hábitos de antaño, de hace décadas, ya han quedado atrás para la mayoría de las personas y solo algunos pocos continúan con ellos. Si os fijáis en imágenes de los años cuarenta o cincuenta, todo el mundo mostraba un porte distinguido en mayor o menor medida, de acuerdo a sus posibilidades y especialmente si su intención era ir al centro de la ciudad o se trataba de un día de fiesta.

Las buenas maneras, las buenas formas y un aspecto impoluto eran puntos fundamentales en la imagen de cualquiera de aquellos de la época. Los trajes, los abrigos y gabardinas, los zapatos bien lustrosos y un sombrero que daba un toque de distinción a aquel que lo portase, se trataba de una norma no escrita que se intentaba cumplir en cualquier entorno.

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«Los trajes, los abrigos y gabardinas, los zapatos bien lustrosos y un sombrero que daba un toque de distinción a aquel que lo portase»

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Pero no bastaba con intentar cumplirla, y a tal punto llegó esa obsesión por parte de las autoridades madrileñas de la época, que se prohibió el “mal hábito” de sus ciudadanos impidiendo ir en mangas de camisa. Sí, queridos lectores, no se podía ir en camisa.

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Entramos en la máquina del tiempo y…

Nos trasladamos hasta el período de mandato en el Ayuntamiento de Madrid del II Conde de Santa Marta de Babio, José Moreno Torres (1946-1952) que, especialmente obsesionado por la decencia y la moral en la vestimenta, advirtió en uno de sus bandos, de modo explícito y taxativo, lo que podía suponer permanecer en mangas de camisa en lugares públicos:

Algunas personas, porque les estorba la prenda, se quitan las americanas en cafés y otros locales comerciales sin ningún respeto para sus conciudadanos. El municipio espera que el tono de advertencia del bando sea suficiente, ya que, de no ser así, se procederá por los agentes de mi autoridad contra los que se queden en mangas de camisa.

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Sin embargo

El Sr. Moreno Torres pensó que no era suficiente con esta advertencia y añadió alguna norma más a los madrileños. Se consideró como obligatorio el uso de corbata en cualquiera de las salidas de fiesta de los hombres que lo hicieran por la Villa y Corte. ¿Solo los festivos? Pues no, cualquier día de la semana, mes o año. Si salías a divertirte, corbata al canto.

Debido a esta particular forma de ver la vida por parte del alcalde, los locales y salas de fiestas de la época pusieron a disposición de sus clientes un servicio de alquiler de corbatas (a una o dos pesetas), para aquellos olvidadizos o díscolos puntuales….vamos, que si no te ponías la corbata, no entrabas.

Afortunadamente, amigos de MAD Experiencias, ya no tenemos que decir aquello de  “No tengas tanta prisa y no salgas en mangas de camisa”.

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Juan Muñoz
Juan Muñoz
3 años antes

Muy interesante, gracias!!