La Ciudad Fortificada de Napoleón en el Retiro: La Historia Olvidada de Madrid

Pocos lo saben, pero en pleno corazón de Madrid, en el Parque del Retiro, se levantó una gigantesca ciudad fortificada durante la ocupación napoleónica. Un lugar que albergó más de 2.000 soldados franceses y que, a pesar de su magnitud y relevancia histórica, ha quedado casi borrado de la memoria colectiva. Construida en 1808, esta fortificación cambió para siempre la fisonomía del famoso parque y se convirtió en uno de los epicentros de la ocupación francesa durante la Guerra de Independencia. Pero, ¿cómo llegó a existir y qué papel jugó en la historia de Madrid?

El Contexto: De Aliados a Invasores

Todo comenzó en el otoño de 1807, cuando Napoleón convenció al primer ministro Manuel Godoy para firmar el Tratado de Fontainebleau. Oficialmente, el acuerdo permitía a las tropas francesas atravesar España para invadir Portugal. Sin embargo, el verdadero objetivo era muy distinto: ocupar el territorio español y consolidar el control napoleónico sobre la península.

En marzo de 1808, las tropas francesas ya habían tomado posiciones estratégicas en toda España. En Madrid, el general Joaquín Murat, cuñado de Napoleón, lideró la ocupación con un despliegue de 25.000 hombres. Mientras los madrileños celebraban la llegada del nuevo rey Fernando VII, los franceses ya ocupaban puntos clave de la ciudad, incluyendo el Retiro.

«Todo comenzó en el otoño de 1807, cuando Napoleón convenció al primer ministro Manuel Godoy para firmar el Tratado de Fontainebleau.»

El 2 de Mayo y la Reacción del Pueblo

El 2 de mayo de 1808 marcó un punto de inflexión. Los madrileños, hartos de la ocupación, se alzaron en armas. Galdós describió el momento con intensidad: “No se oían más voces que ¡armas, armas, armas! Los que no vociferaban en las calles, vociferaban en los balcones”. Este levantamiento popular fue sofocado brutalmente por las tropas francesas, pero encendió la chispa de la Guerra de Independencia.

Ante la creciente resistencia, Napoleón ordenó fortificar sus posiciones en Madrid. Fue entonces cuando el Retiro se convirtió en el centro neurálgico de las operaciones francesas.

La Transformación del Retiro

A mediados de 1808, los franceses iniciaron la construcción de una colosal ciudadela en el Retiro. La fortificación era tan grande que ocupaba casi la totalidad del parque, uno de los pulmones verdes de la capital con más de 1.180.000 metros cuadrados. Este espacio, que hoy conocemos como un remanso de paz, se convirtió en un bullicioso complejo militar con calles, casas, almacenes y hasta jardines.

Las fortificaciones incluían más de 50 piezas de artillería y estaban diseñadas para albergar a toda la guarnición francesa si era necesario. El general Augustin Daniel Belliard, jefe de estado mayor, ordenó que el Retiro se convirtiera en una “colonia francesa” capaz de hacer temblar a la ciudad. La temperatura, que alcanzaba los 28 grados a la sombra, no impidió a los soldados levantar las instalaciones a un ritmo vertiginoso.

«El 2 de mayo de 1808 marcó un punto de inflexión. Los madrileños, hartos de la ocupación, se alzaron en armas. Galdós describió el momento con intensidad: “No se oían más voces que ¡armas, armas, armas! Los que no vociferaban en las calles, vociferaban en los balcones»

La Vida en la Ciudadela

Más de 2.000 soldados franceses vivieron en la fortificación del Retiro hasta el final de la guerra en 1814. Para facilitar la organización, se llegaron a dibujar planos detallados del lugar, con caminos, viviendas y zonas de almacenamiento. Estos documentos revelan la magnitud del complejo y su importancia como cuartel general de la ocupación francesa.

Sin embargo, la presencia de los soldados tuvo un impacto devastador en el parque. La mayoría de los árboles fueron talados para alimentar las hogueras y construir estructuras. La ciudadela se convirtió en un símbolo del dominio extranjero y un recordatorio constante de la lucha por la libertad.

El Final de la Ciudadela

En 1814, con la retirada de las tropas francesas, la ciudadela del Retiro fue destruida. Los ingleses, aliados de los españoles, lideraron el asalto final. Sabían que tomar el fuerte era clave para recuperar Madrid. Tras su partida, los madrileños terminaron de arrasar lo que quedaba de la fortificación, ansiosos por borrar cualquier vestigio de su ocupación.

Hoy en día, no queda ni rastro de esta enorme ciudad fortificada. El único testimonio de su existencia son los planos y documentos de la época, que nos permiten imaginar cómo era la vida en aquel enclave militar. El centro de la fortificación se encontraba donde hoy está la Fuente del Ángel Caído, un lugar cargado de historia que pocos conocen.

Un Legado Olvidado

La historia de la ciudad fortificada del Retiro es un recordatorio de la resistencia y el sacrificio de los madrileños durante la Guerra de Independencia. Aunque el parque haya recuperado su esplendor, es importante recordar que, durante seis años, fue el epicentro de una de las etapas más oscuras de la historia de Madrid.

Quizá sea el momento de reivindicar este episodio y darle el lugar que merece en la memoria colectiva. Porque el Retiro no solo es un lugar para pasear y disfrutar de la naturaleza; también es un espacio cargado de historia, testigo silencioso de la lucha por la libertad.

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