Madrid esconde numerosos rincones llenos de historia y cultura, pero pocos tan fascinantes como la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. Ubicada en el número 49 de la calle de Alcalá, en el corazón de la ciudad, esta antigua cámara acorazada ha pasado de custodiar lingotes de oro a preservar objetos de gran valor simbólico donados por escritores, artistas y científicos hispanoamericanos. Un auténtico cofre del tesoro de la cultura española e hispanoamericana.
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¿Qué hace una caja fuerte en un templo de las letras?
El edificio que hoy alberga el Instituto Cervantes no siempre estuvo dedicado a la promoción de la lengua y la cultura española. Construido en 1918 por los arquitectos Antonio Palacios y Joaquín Otamendi, originalmente fue la sede del Banco Español del Río de la Plata, una entidad financiera que, entre otras funciones, servía como punto de recepción de remesas enviadas por emigrantes desde Argentina.
Para garantizar la seguridad de sus depósitos, el banco contaba con una imponente cámara acorazada, fabricada por la empresa LIPS, con una gran puerta blindada que todavía hoy puede verse en la entrada. Esta robusta estructura se convirtió en parte del Instituto Cervantes cuando la entidad financiera cedió el edificio en 2007.
La pregunta entonces fue: ¿qué hacer con la caja fuerte? En lugar de eliminarla, el equipo directivo del Instituto Cervantes, encabezado por César Antonio Molina, decidió reutilizarla con un propósito cultural. Así nació la Caja de las Letras, un espacio destinado a custodiar objetos simbólicos donados por personalidades de las letras, las artes y las ciencias, siguiendo una tradición que se mantiene hasta hoy.
Un cofre para la cultura: ¿Qué se guarda en la Caja de las Letras?
Desde su inauguración en 2007, la Caja de las Letras ha recibido más de cuarenta donaciones de figuras de renombre. Cada una de estas donaciones se deposita en una de las 1767 cajas de seguridad que aún se conservan en la cámara acorazada. Algunas de estas cajas siguen vacías, esperando futuros legados culturales, mientras que otras han sido selladas con la promesa de ser abiertas en fechas específicas.
Uno de los primeros legados en ser depositados fue el del escritor Francisco Ayala, quien en 2007 guardó en la caja número 1000 una carta personal y otro objeto cuyo contenido sigue siendo un misterio. Su caja no se abrirá hasta el año 2057.
Otros legados famosos incluyen:
- Luis García Berlanga (Caja 1034): Que se abrió en 2021, coincidiendo con el centenario de su nacimiento, y que contenía el último guion inédito del gran director de cine: «Viva Rusia»
- Margarita Salas (Caja 1568): La reconocida bióloga depositó en 2008 su primer cuaderno de laboratorio, con anotaciones de sus estudios junto a Severo Ochoa en Nueva York. Su caja se abrió en 2018.
- Juan Marsé (Caja 1533): El novelista dejó un legado del que solo reveló una pista enigmática: «contiene el secreto de la escalibada catalana». Se abrirá en 2029.
- Ana Belén (Caja 1235): Guardó sus ejemplares de las obras completas de García Lorca y los pendientes que llevó al interpretar a Adela en La Casa de Bernarda Alba. No se abrirá hasta 2050.
Legados In Memoriam: Custodiando la memoria cultural
El pasado 2024 se presentó una selección de legados in memoriam, rindiendo homenaje a grandes creadores que ya no están. Entre ellos, se encontraban el del Nobel colombiano Gabriel García Márquez, representado por una arqueta con tierra de su casa natal en Aracataca; el del dramaturgo Antonio Buero Vallejo, que dejó su pipa y uno de los bolígrafos con los que escribía sus obras dramáticas; el del gran poeta Miguel Hernández, con una primera edición de su poemario más temprano, Perito en lunas (1933); y el del músico y compositor argentino Atahualpa Yupanqui, quien había depositado tarjetas postales escritas a mano y enviadas a su esposa durante sus viajes.

«Entre ellos, se encontraban el del Nobel colombiano Gabriel García Márquez, representado por una arqueta con tierra de su casa natal en Aracataca; el del dramaturgo Antonio Buero Vallejo, que dejó su pipa y uno de los bolígrafos con los que escribía sus obras dramáticas; el del poeta Miguel Hernández, con una primera edición de su poemario más temprano, Perito en lunas (1933); y el del músico y compositor argentino Atahualpa Yupanqui, quien había depositado tarjetas postales escritas a mano y enviadas a su esposa durante sus viajes.»
Un espacio dedicado a las mujeres
Las mujeres han ocupado un lugar destacado en la Caja de las Letras. Desde 2022, con motivo del Día Internacional de la Mujer, el Instituto Cervantes ha celebrado este acto con un legado colectivo, reafirmando su compromiso con la igualdad de derechos.
En la primera edición, participaron figuras como las artistas Cristina Iglesias y Lita Cabellut, las escritoras Gioconda Belli, Laura Restrepo y Maruja Torres, la actriz Aitana Sánchez-Gijón, la investigadora María Vallet-Regí y la cantaora Carmen Linares.
En 2023, el testigo pasó a la lingüista e investigadora Carmen Caffarel, quien dirigió el Instituto Cervantes entre 2007 y 2012. También se rindió homenaje, in memoriam, a la periodista y escritora Carmen de Burgos (Colombine), a la escritora y activista María Lejárraga y a la filósofa María Zambrano.
El pasado año las legatarias fueron la cantautora Rosa León, la escritora y periodista Rosa Montero y la recientemente desaparecida actriz Marisa Paredes.
Muchos de estos legados, representativos del impacto de estas mujeres en la historia cultural en español, pueden verse en la exposición.
El Buzón de los Machado
Un lugar especial en la Caja de las Letras lo ocupa el Buzón de los Machado, resguardado en la caja número 1722 de la antigua cámara acorazada. Este espacio alberga cartas, poemas, escritos y dibujos que personalidades, políticos, ciudadanos anónimos y escolares han dedicado a Antonio y Manuel Machado.
Misterios y curiosidades de la Caja de las Letras
Como todo espacio cargado de historia, la Caja de las Letras alberga secretos y curiosidades que despiertan la imaginación de quienes la visitan. Algunas de las más llamativas son:
La caja perdida: Según los planos originales del edificio, debería haber una segunda cámara acorazada, pero nunca ha sido encontrada.
Historias de amor guardadas en una caja: Jorge Edwards dejó en su caja una carta de amor que jamás envió. Su destinataria es alguien muy conocida, pero su identidad no se revelará hasta 2035.
La máquina de escribir de Nicanor Parra: Guardada en la caja 1552, se abrirá en 2064, una de las fechas más lejanas.
El reloj de John Elliott: El hispanista inglés guardó en la caja 1492 su primer reloj suizo, comprado con el dinero que ganó con su primer libro infantil.
¿Se puede visitar la Caja de las Letras?
La Caja de las Letras no está abierta al público de manera habitual, pero en ocasiones especiales, como la Semana de la Arquitectura o festividades como el Día de la Hispanidad (12 de octubre), se organizan visitas guiadas en las que es posible recorrer este espacio único.
También es posible seguir de cerca las nuevas donaciones y aperturas de cajas a través de la página web del Instituto Cervantes y sus redes sociales.
Un legado para la posteridad
La Caja de las Letras es un proyecto único en el mundo. Más que una simple cámara de seguridad, se ha convertido en un baúl de la memoria cultural hispana, un testimonio tangible del talento y la creatividad de escritores, artistas y científicos que han marcado nuestra historia. A medida que pasan los años, nuevas personalidades seguirán depositando sus objetos en este espacio, asegurando que las generaciones futuras puedan descubrir y apreciar estos fragmentos de nuestra identidad.
Cada caja cerrada es un misterio, una historia esperando ser contada. Y cada apertura, un acontecimiento que nos acerca un poco más al alma de quienes han hecho de nuestra cultura un tesoro sin igual.
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