Un viaje por Madrid y su fauna arquitectónica

Madrid es una ciudad con mil y un secretos, pero muchos de ellos no están a la altura de nuestros ojos, sino mucho más arriba. Si nos tomamos el tiempo de caminar por sus calles mirando hacia el cielo, descubrirás una fauna inesperada: animales mitológicos, criaturas fantásticas y figuras monumentales que vigilan desde lo alto de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Estas alimañas urbanas no desentonarían en el Jardín de las Delicias de El Bosco o en un bestiario medieval. Desde reptiles y elefantes hasta diosas guerreras, Madrid está lleno de sorpresas para quienes se animen a levantar la vista.

Reptiles en Alonso Martínez

Comencemos nuestra exploración por los bulevares de la zona de Alonso Martínez. Aquí, en el número 1 de la calle de Mejía Lequerica, nos encontramos con la conocida Casa de los Lagartos. Este edificio, construido en 1911 por el arquitecto José María Creus, está adornado con una decena de salamandras que parecen sostener la cornisa como si fueran las guardianas del lugar. Aunque el Colegio de Arquitectos de Madrid se encarga de recordarnos que no son lagartos sino salamandras, su presencia es igual de imponente. Este edificio de estilo racionalista destaca por sus grandes ventanales, formas geométricas y una terraza que alguna vez sirvió como estudio artístico.

Criaturas fantásticas en el barrio de Salamanca

Dejando atrás a estos reptiles, nos dirigimos al barrio de Salamanca. Aquí, la riqueza arquitectónica se manifiesta en criaturas fantásticas que decoran las fachadas. En las viviendas de don Francisco del Río, diseñadas por Carlos de Luque López, encontramos seres alados y cabezas mitológicas que observan desde las alturas. Sin alejarnos demasiado, llegamos a Goya 32, donde elefantes y leones esculpidos nos desafían desde las alturas. Este edificio, diseñado por José Espeliús, también conocido por ser el autor de la Plaza de Toros de Las Ventas, está coronado por una cúpula que ofrece una vista privilegiada de la ciudad.

José Espelius Anduaga (1874-1928) Descrito como «arquitecto de la burguesía plutocrática madrileña»,​ se le atribuye un estilo modernista con influencias del eclecticismo y de un estilo afrancesado.

La Victoria alada y la loba capitolina: guardianas de la Gran Vía

Continuamos con nuestro viaje en uno de los puntos más icónicos de Madrid: la confluencia de la Gran Vía con la calle de Alcalá. Aquí, dos figuras destacan como centinelas eternos. La Victoria alada del edificio Metrópolis, con su porte elegante y majestuoso, parece estar siempre lista para alzar el vuelo. En el Círculo de Bellas Artes, Atenea, la diosa guerrera, sostiene su lanza con firmeza, recordándonos la grandeza de la mitología clásica.

La Victoria alada del edificio Metrópolis, con su porte elegante y majestuoso, parece estar siempre lista para alzar el vuelo.

Pero estas guardianas no están solas. En el antiguo edificio del Hotel Roma, una loba capitolina acompaña la escena. Esta escultura, que representa a la loba que amamantó a Rómulo y Remo, desapareció tras la Guerra Civil y no fue hasta 2021 cuando volvió a su lugar. Ahora, observa desde las alturas el ir y venir de la ciudad con una mirada que mezcla historia y mito.

Fachada original del Hotel Roma, con Rómulo y Remo

Elefantes y balcones: una sorpresa en el Palacio de la Equitativa

Si caminamos hacia la Puerta del Sol, a pocos pasos de la estatua del Oso y el Madroño, encontramos otro espectáculo único: el Palacio de la Equitativa. Aquí, más de una docena de elefantes sostienen los balcones con la calma de guardianes eternos.

Aunque estos paquidermos tienen la punta de sus colmillos seccionada, su presencia es imponente. Este edificio, que ahora alberga un centro comercial, un hotel de lujo y viviendas, combina historia con modernidad. Incluso grandes nombres como Cristiano Ronaldo han hecho de este lugar su hogar.

La Gran Vía: diosas, aves fénix y un titán amenazante

La Gran Vía es, sin duda, el epicentro de este safari urbano. En el número 31, una Diana cazadora dorada se alza en lo alto, acompañada de sus fieles perros, lista para disparar su flecha. Desde el otro lado de la avenida, un ave fénix renace de las cenizas, un símbolo de renovación y resiliencia que la aseguradora La Unión y el Fénix usó para coronar varios de sus edificios.

Y si seguimos avanzando, nos encontramos con uno de los espectáculos más impactantes: el titán del número 68. Esta figura metálica de casi ocho metros de altura parece estar a punto de arrojar una casa desde las alturas. Pero su gesto tiene un significado especial: simboliza el sueño de ofrecer un hogar a cada español, una idea que inspiró al Banco Hispano de Edificación, promotor del edificio.

Un gigante con historia: el titán de la Gran Vía

El titán no siempre estuvo allí. Originalmente, este edificio proyectado por Emilio Ortiz de Villajos iba a ser coronado por un pináculo con un reloj. Sin embargo, los daños sufridos durante la Guerra Civil obligaron a rediseñar su estructura. Fue entonces cuando el escultor Victorio Macho creó esta impresionante figura, que se convirtió en uno de los emblemas de la Gran Vía.

Hoy, el titán y el gran arco de medio punto que domina la fachada hacen de este edificio un punto de referencia único en Madrid. Aunque algunos elementos originales desaparecieron durante las reformas, como los balcones centrales, el edificio sigue siendo un ejemplo del carácter resiliente y dinámico de la ciudad.

Un safari urbano por descubrir

Este recorrido es solo una pequeña muestra de la fauna oculta que habita Madrid. Desde diosas mitológicas hasta elefantes y figuras titánicas, cada esquina de la ciudad tiene una sorpresa esperando ser descubierta.

La próxima vez que pasees por las calles de la capital, levanta la vista y mira más allá de lo que estás acostumbrado. Quién sabe, quizá encuentres un monstruo, un ave mítica o una alimaña vigilándote desde las alturas. La jungla de asfalto siempre guarda secretos para los curiosos. ¡Feliz exploración!

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