Tapas Madrileñas que No Te Puedes Perder: Un Paseo Gastronómico por la Capital

Seguro que cuando cruces la puerta de algún bar o taberna en Madrid vas a escuchar alguna de estas frases: ¡¡Vayan pasando!!, ¡¡Al fondo hay sitio!! o ¿Qué va a ser, jóvenes? Pero una vez acomodados, ¿qué pedimos? Si quieres sentirte como un madrileño de verdad, tienes que probar algunos de los clásicos imprescindibles de nuestras barras. ¡O quizás todos! Porque, seamos sinceros, ¡están deliciosos!

Soldaditos de Pavía: Historia en cada bocado

No puedes hablar de tapas madrileñas sin mencionar los soldaditos de Pavía. Este bocado de bacalao rebozado y envuelto en pimiento tiene su origen en Casa Labra, un bar histórico que lleva en Tetuán, 12, desde 1860. Su nombre se inspira en los soldados del general Pavía, cuyos uniformes rojizos recordaban al pimiento que acompañaba el pescado. Hoy en día no llevan este adorno, pero siguen siendo igual de irresistibles.

¡Una de croquetas!

Las croquetas son otro clásico imprescindible. Cada bar tiene su versión, pero algunas destacan especialmente. En Casa Julio (Madera, 37), una taberna de Malasaña que ganó fama mundial gracias a una sesión de fotos del grupo U2, ofrecen opciones como morcilla con membrillo, espinacas con gorgonzola y, por supuesto, las de jamón. Santerra (General Pardiñas, 56) sirve unas croquetas de jamón con un rebozado crujiente y un interior cremoso que te dejará sin palabras. Y en Casa Mortero (Zorrilla, 9), además de sus espectaculares croquetas, también puedes probar su ensaladilla, rematada con atún rojo y piparra.

Ensaladilla rusa y boquerones en vinagre

Aunque muchos bares ya no le llaman “rusa”, la ensaladilla es un clásico que no puede faltar. En Moscatel, en El Pardo (Avda. de la Guardia, 21), la preparan con ventresca de atún rojo. En Terracotta (Velázquez, 80), le añaden encurtidos y piparras. Casa Felisa (Beneficencia, 15) la sirve con tortilla de camarones, y Hermanos Vinagre (Narváez, 58) apuesta por la receta más sencilla: patata, atún, mayonesa y aceitunas.

Si prefieres algo más fresco, los boquerones en vinagre son una opción perfecta. En La Elisa (Santa María, 42) los acompañan con patatas fritas, y también puedes pedir el famoso “matrimonio”: boquerones y anchoas juntos. ¡Un tándem irresistible!

Patatas bravas y oreja: dos joyas con salsa

Las patatas bravas son un plato que todo el mundo asocia con Madrid. Aunque las encuentras en muchas ciudades, su origen es madrileño. En Las Bravas (Álvarez Gato, 3) las preparan desde 1960 con una salsa ligera y sabrosa, cuya receta está patentada. Otro clásico es Docamar (Alcalá, 337), donde despachan más de 2000 kilos de patatas a la semana. Para una versión diferente, prueba las de Taberna & Media (Lope de Rueda, 30), cuya salsa deriva del mojo picón canario.

Y si quieres algo más contundente, atrévete con la oreja de cerdo. En La Casa de los Minutejos (Antonio Leyva, 19) preparan un sándwich relleno de oreja laminada y salsa picante. O prueba las versiones más gourmet de El Lince (Príncipe de Vergara, 289), KultO (Ibiza, 4) o The Omar (Plaza del Carmen, s/n).

El bocadillo de calamares: ¡imperdible!

Hablar de Madrid es hablar del bocadillo de calamares. Aunque no se sabe exactamente cuándo nació esta tradición, lo que sí está claro es que es uno de los platos más castizos. El Brillante (Plaza del Emperador Carlos V, 8) es uno de los bares más populares, pero en los alrededores de la Plaza Mayor también hay joyas como Magerit (Plaza Mayor, 22) y La Campana (Botoneras, 6), donde los calamares se sirven crujientes y bien rebozados.

Tortilla: con o sin cebolla, tú eliges

La tortilla de patata es otro imprescindible. En La Ardosa (Colón, 13), fundada en 1892, la preparan jugosa, con cebolla y todo el sabor de la tradición. Sylkar (Espronceda, 17) también es conocida por su tortilla líquida, mientras que en Taberna Pedraza (Recoletos, 4) apuestan por una versión sin cebolla, pero igual de deliciosa. Y para los que prefieren un toque moderno, Juana La Loca (Plaza de Puerta de Moros, 4) la carameliza con cebolla, creando una combinación perfecta.

Y además…

Si todavía tienes hambre, no puedes irte sin probar los caracoles de Casa Amadeo-Los Caracoles (Plaza de Cascorro, 18), cocinados en una salsa deliciosa. O las gambas al ajillo de La Casa del Abuelo (Victoria, 12), chisporroteantes en cazuelas de barro y llenas de sabor.

En Madrid, cada tapa es una historia, cada plato es un viaje por nuestras tradiciones. Así que ya sabes: ¡pide, prueba y disfruta como un auténtico madrileño! ¡Buen provecho!

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